Páginas

sábado, 30 de octubre de 2010

Skrik


Phil  Resch se detuvo ante un cuadro al óleo; mostraba a una criatura pelada y oprimida, con una cabeza semejante a una pera invertida, que apretaba sus manos horrorizadas contra sus oídos, con la boca abierta en un vasto grito mudo. Las olas encrespadas de su dolor, los ecos del grito, ocupaban el espacio que la rodeaba. El hombre, o la mujer, estaba encerrado dentro de su propio aullido. Se cubría los oídos para protegerse de su propia voz. La criatura estaba de pie en un puente, y no había nadie más. Gritaba a solas. Aislada por el grito o a pesar de él.

Philip K. Dick,
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?



2 comentarios:

  1. OMG!!! hace 6 días q estuve delante de él :)

    ResponderEliminar
  2. OMG!!! a ver si me pasas tu foto grito!!!
    yo a ver si dentro de poco también estoy delante de él xD

    ResponderEliminar