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lunes, 11 de octubre de 2010

Balance



En un primer momento, observamos el trabajo en equipo. Cada personaje colabora para mantener el equilibrio. Sin embargo, con la llegada de la caja, nada sigue igual. La caja como elemento extraño y externo activa la curiosidad individual . Cada uno desea observar y experimentar con la caja al ver que ninguno de sus compañeros obtiene buenos resultados. Pero la distancia entre la sana curiosidad y la competencia individual es menor de lo que parece.

Ahora bien, para que la curiosidad se convierta en competencia, debe existir un detonante de por medio, y en Balance, éste va ligado a lo material. En efecto, el deseo de adquisición y el sentido de propiedad (partes de un verdadero "culto a lo material") son los que articulan y detonan la bomba individualista que desató el caos que nos muestra Balance.

Así pues, vemos que cuando existe el deseo de adquisición y propiedad, los intereses egoístas e individualistas son mucho más fuertes que los intereses de una comunidad, e incluso pueden llegar a atentar contra ésta. Balance es eso: la historia de una comunidad que trabajaba en equipo, hasta que su orden interno se vio alterado por un elemento extraño cuya presencia activó el germen de la curiosidad, de la adquisición de propiedad, del egoismo y de la competencia individualista. Todos ellos, elementos muy presentes en nuestra sociedad actual. Todos ellos, en definitiva, elementos clave de la sociedad de mercado; elementos del neoliberalismo.

En Balance, el individualismo y el deseo de adquisición son llevados al límite, al punto de valorar más la propiedad que el bienestar y la compañía de los que nos rodean; al punto de preferir ser "dueños" de un objeto, aunque no podamos usarlo o disfrutarlo. Creo pertinente y hasta obligatorio preguntarnos si acaso nosotros mismos no seremos protagonistas de nuestro propio Balance...

Por último, un detalle final: ¿se fijaron en los números que tiene cada personaje en la espalda? 23, 35, 77, 75, etc... números sin relación aparente. Puede ser eso, o pueden ser números de serie... de ser así, queda preguntarnos cuántas veces habrá pasado ya lo mismo que vimos en la animación; cuántos habrán caído antes, por culpa del mismo comportamiento humano ante lo material...

Balance nos deja con un sabor amargo, producto de una historia de egoísmos y de disolución de lazos, y con el toque hobbesiano de "El hombre es el lobo del hombre".

texto: parapensar66

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