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jueves, 15 de julio de 2010

Antes y después de un peppermint

"¿Vosotros los escritores tomáis algo como los culturistas asteroides para escribir, verdad?" *

Creo recordar que suelen decir que los escritores leen mucho. Para incrementar su vocabulario, para enriquecer sus textos o por simple entretenimiento, esa no es la cuestión. Esas justificaciones las compartiría. Pero mientras me adentro en los intrincados mundos de una obra, no puedo evitar pensar que no podría escribir algo así. Al menos no uno como los que leo (próximamente segunda parte).
Mientras sigo las irrepetibles frases de sus páginas no paro de repetirme '¿como se les habrá podido ocurrir eso?' o 'como se les puede ocurrir escribir eso así?'.
Un tema, una idea la puede tener cualquiera. Sacada de un sueño, de algo vivido o de algo que se querría vivir. Quizás una vez empiezas a desarrollar algo, el resto te vendrá solo, solo quizás. Cómo continuar, el arte de elaborar frases únicas, líneas que te enganchen, finales que te dejen con anhelo de más, libros que no se quedaran en el olvido. Eso es lo difícil.
No soy escritora, tampoco pretendo serlo con esto, ni mucho menos, tan solo dejo al alcance de la lectura palabras, frases, líneas, que de vez en cuando se me pasan por la cabeza. No creo que vaya a escribir un libro, aunque no lo descarto, nunca digas nunca. Si tiene que ser será y si no, pues con esto me quedo.

Ahora que lo pienso... quizás si que los escritores necesitan tomarse algo para escribir como escriben, al menos algunos. Algo como el caramelo peppermint que me acabo de tomar y que me ha hecho volver a coger el bolígrafo y el papel para seguir con esta entrada. Leo los ingredientes y no me extrañaría que puedan causar efectos alucinógenos... (para que quede claro, es un simple caramelo de menta). Los releo y ahora entiendo el porque del caramelo blanco con un lago amarillo después del lago rojo y el lago azul, no estoy delirando por sus efectos, estos son los últimos ingredientes de la lista.

Quizás por cosas como esta no escribiría un libro, no por no encontrar la combinación adecuada para no dejar el papel en blanco, si no porque me basaría en algo que me haya pasado, la experiencia, por mínima que sea, algo que he visto, algo que he soñado, pensamientos aunque ilógicos pudieran parecer, algo mío al alcance de todos.
Las personas tenemos tendencia a buscar al escritor dentro de su libro: esto le pasó de pequeño, esto lo vivió, esta es la historia de su madre, en realidad es su alter ego, es lo que le gustaría ser... Puede que en realidad sea así, por que la imaginación, ¿de donde proviene?
Quizás me contradigo si escribo lo que pienso, pero ¿quien puede determinar si todo lo narrado es verdad? En realidad sí que es verdad, escrito está, pero no tengo por que ser yo la protagonista, directa o indirectamente, de todo lo que se me ocurre. No todo esta basado en hechos reales.



*Ésta cita no és mía, pero no he encontrado la fuente así que mejor no me arriesgo a poner su formulador.

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