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sábado, 8 de mayo de 2010

Paseando bajo la lluvia

Con un día lluvioso como estos últimos, no quedan muchas ganas de dar un paseo bajo la lluvia. Pero después de unas no pocas horas de trabajo encerrada en la oficina, un paseo se necesita, bajo lluvia o bajo paraguas. Un paseo hacia ninguna parte, o inconscientemente hasta algún lugar.

A mitad de camino, no puedo evitar detenerme en medio del puente. El río baja más caudaloso de lo normal, y no es normal a principios de Mayo, pero como bien dicen... "hasta el cuarenta de Mayo, no te quites el sayo". Reparo en los patos, están en la orilla contemplando el agua, preguntándose, seguramente, cuando podrán volver a darse un chapuzón. Los más pequeños, más apartados del borde, parecen desorientados. Un mayor tantea el terreno, parece que esté evaluando el alcance de los "daños". En el otro extremo, un atrevido se mete en una pequeña charca en un borde del río, fuera de toda corriente. El resto se lo miran desconfiados y los del otro extremo deciden intentar idear la manera de cruzar.


En ese momento me viene a la cabeza "La gran duda del pato" que se plantea el personaje del último libro que leí:
"Me pregunté si estaría ya helado y, si lo estaba, adonde habrían ido los patos. Me pregunté dónde se
meterían los patos cuando venía el frío y se helaba la superficie del agua, si vendría un hombre a recogerlos en un camión para llevarlos al zoológico, o si se irían ellos a algún sitio por su cuenta." (El guardián entre el centeno, J.D. Salinger)
Y más adelante la misma pero con los peces del lago.

¿Un planteamiento absurdo quizás? Pero hay personas absurdamente curiosas por naturaleza. ¿Que hay de malo en ello?. Nos hacemos preguntas absurdas, o ¿no recordamos la mítica "¿A que huelen las nubes?"? Preguntas que nadie se atreve a formular en voz alta pero que a todos alguna vez se nos pasaron por la cabeza. Esa, la otra, o cualquiera. Preguntas que no buscan respuestas, si no que simplemente buscan plantearse. ¿Por qué el negro es negro y el verde esperanza? ¿Por qué yo soy yo y no soy tu? ¿Por qué seguir la corriente? ¿Por qué haces eso? ¿Y por qué lo otro?

Preguntas que buscan justificación, y respuestas a veces no encontradas, pero... ¿no será mejor hacerlas que seguir con la duda? o peor aún, seguir con una respuesta equivocada. ¿Por qué callarse las cosas? ¿Por qué no atreverse a decir las cosas?. Que hablando se entiende la gente, y aunque también se desentiende, mejor será eso que nada.

Me he vuelto a acordar de otro fragmente de "The Catch in the Rye":
"¿No te gusta que la gente se atenga al tema? Sí, claro que me gusta que se atengan al tema, pero no demasiado. No sé. Me aburro cuando no divagan nada en absoluto. Los chicos que sacaban las mejores notas en Expresión Oral eran los que hablaban con más precisión, lo reconozco. Pero había uno que se llamaba Richard Kinsella y que siempre se iba por las nubes. Le gritaban «Digresión» todo el tiempo”.
Porque divagar no está nada mal.



... en construcción

1 comentario:

  1. Pues cuando fui a visitar a mi hermana, que vive en Finlandia, nos enseñó que los lagos con patitos tienen una zona pequeña en un rincón con un generador de olas para que el agua no se hiele en ese trozo y los patitos puedan vivir ahí en invierno. Con un trozo líquido donde puedan beber y pescar lo que sea ya se bastan.

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